TIEMPO LIBRE. Vacaciones



Las vacaciones son para descansar. Descansar en cuerpo y alma. No son para hacer todo lo que no se pudo hacer durante el año. Ni tampoco para trasnochar por todo lo que no se pudo trasnochar, ni para comer todo cuanto exótico se nos presente a la vista.
Primero el físico. Recuperar fuerzas. Dejar que el cuerpo se exprese: si quiere dormir, si quiere hacer ejercicio. Es un tiempo ideal para purgarlo de bebidas con alcohol, del humo del cigarrillo, de las comidas de gran porte de calorías, de drogas auto prescriptas y de las otras. En cuanto a la mente.. no es momento para hacer balances. Eso se hace antes de fin de año. Entonces nada de remordimientos. Lo que no se pudo no se pudo. Lo que está por hacerse se hará luego de las vacaciones. Tratar de buscar un espacio para entre tantos deberes descubrir el ocio creativo. Alguna actividad que nos ayude a centrarnos, y a concentrarnos en nuestro yo. En cuanto al espíritu, saber que la espiritualidad se vive todo el año. Si se busca llenar ese vacío con técnica se volverá a estar al principio nuevamente. Las técnicas son medios, no fin. La espiritualidad “enlatada” en algún cursito, algún grupo, en la teoría de algún libro son solos disparadores de ayuda al comienzo, pero muy limitados cuando ya se dio el primer paso. Si uno está vacío es porque creció medianamente como persona durante el año y no todo lo que podía. Tal vez sería bueno pensar que actitudes se pueden cambiar en el orden moral, como podemos responder mejor como personas ante alguna situación de nuestra vida o contexto. Si respondimos mal ante alguna situación, ver si podemos cambiarla en algo. El sentirse vacío también es el reflejo de tener las manos vacías, por falta de compromiso o falta de apertura hacia los otros. Pero lo más importante es que la espiritualidad esta sustentada en un dialogo más profundo que nos excede. Hay que buscar.

Texto: Eugenia Dieu. Texto registrado. Derechos reservados