ARTISTA PLASTICO. Miguel Angel. La Creación


Miguel Ángel (Michelangelo) nace el 6 de marzo de 1475 en Caprese, y se establece pronto en Florencia donde da los primeros pasos de su carrera artística. Entre sus obras más destacadas encontramos a La Piedad dentro del templo mayor del Vaticano y los frescos de la Capilla Sixtina.
Fue Julio II quien le encargó a Miguel Ángel el techo de la Capilla Sixtina. El fresco mide 520 metros cuadrados. El conjunto de las escenas quieren representar simbólicamente la evolución de los acontecimientos de la humanidad desde la Creación, a través del Génesis, hacia la revelación de Dios, el Padre, el Creador. Los frescos del techo fueron terminados por Miguel Ángel en 1512.
La creación de Adán es una de las más notables escenas del conjunto de la Capilla. Se encuentra en el centro de todas las demás. En Adán es posible percibir el fatigoso camino de la vida en cada detalle de su cuerpo: el rostro fuertemente claroscurado, domina un sentido de amoroso reconocimiento hacia Dios Padre, hacia el cual dirige lentamente su rostro. En centro espiritual y material de la pintura se encuentra en el mágico contacto de las dos manos (aunque las manos no se toquen se habla de un contacto espiritual cierto). Que no se represente un contacto físico como tal ayuda a visualizar que el acto creador de Dios es fundamentalmente de origen espiritual y amoroso.
En este “fluir de la vida” hay un claro CONTRASTE: enérgico desde la mano derecha del Padre y receptivo en la m ano izquierda del hombre. Así pues, en Dios Padre se percibe potencia y decisión de comunicar vida, en el hombre Adán aparece un fuerte sentido de receptividad y de debilidad. Dios que viene de la altura en un conjunto angélico y el hombre que yace sobre la tierra, colaboran con este contraste fundamental en el que permanece central divisar la benevolencia de Dios que se autocomunica y la actitud abierta de Adán que señala su condición contingente y dependiente.
Tomando en cuenta este contraste, hay que señalar que la pintura también marca fuertemente el SENTIDO DE RELACIÓN que se establece entre Dios y el hombre que queda establecido por el vínculo vivificante iniciado gratuitamente por Dios y recibido por Adán.
La pintura tiene en sí los elementos de un auténtico DIALOGO en el que es importante la consideración de las distancias (la desproporción, a veces) y la posibilidad real de la cercanía porque existe un vínculo real entre ellos: la vida comunicada y recibida.

Fray Jorge Baletti